Yerba Mala ¿Nunca muere? Cuando ciertas personas a cargo de tomar decisiones finalmente se hacen a un lado.
October 12, 2012 § 3 Comments
Queridos colegas,
Al platicar con muchos de ustedes por todo el país y en algunos lugares del extranjero me he dado cuenta que en muchos lugares nuestra profesión se está renovando. Nueva sangre con nuevas ideas y mucha más preparación académica y empírica está constantemente surgiendo en todos los campos: militar, conferencia, comunitaria, y judicial.
En mi opinión, este fenómeno se hace aún más palpable en la interpretación judicial y en la de conferencia donde muchos de los “protagonistas” eternos de antaño empiezan a desaparecer. El cambio me motiva y emociona, ya que muchas personas que hasta hace poco ocupaban cargos de relevancia para nuestra profesión por fin están desapareciendo. Estoy de acuerdo que esto también es triste pues muchos colegas valiosísimos, excelentes profesionales y figuras legendarias e irreemplazables en la historia de nuestra carrera también se están alejando de la cabina o ausentando de los tribunales. También es cierto que tarde o temprano todos vamos hacia allá. Sin embargo, el hecho que muchos individuos mediocres y sin interés alguno en el crecimiento de nuestra profesión se estén esfumando del paisaje es positivo. Reconociendo a aquellos pioneros que abrieron brecha en esta carrera y agradeciendo a quienes dieron los primeros pasos en esta nuestra profesión, también debo mencionar las bondades de la desaparición de esos otros individuos nocivos que tanto daño hicieron a nuestro gremio. Me llena de alegría y me colma de esperanza para nuestra noble profesión el irme enterando que muchos de estos oportunistas y convenencieros se están jubilando, retirando del ejercicio profesional, o que simplemente se están saliendo de esta carrera por las razones o en las maneras que sean. Al ver esto, recuerdo ese dicho mexicano que dice: “Yerba mala nunca muere” y cómo siempre existe una excepción que confirma la regla.
Queridos colegas, les pido que aprovechen este espacio para opinar sobre este tema, y si así lo desean, para que en unas cuantas líneas mencionen a algunos de esos gigantes de la interpretación que se estás retirando. Respecto a los malos, les pido que se abstengan de mentarlos en estos espacios. Mejor vamos a concentrarnos en los buenos y a los nefastos vamos a castigarlos con el látigo de nuestra indiferencia.
Intérpretes: ¿Vale la pena obtener una certificación médica?
October 5, 2012 § 7 Comments
Queridos colegas,
Durante el verano dedico buena parte de mi tiempo a la enseñanza de nuestra profesión; es durante estos meses del año que muchos estados de la Unión Americana concluyen su ciclo fiscal y por lo tanto programan talleres y presentaciones para satisfacer sus requisitos de educación continua ya sea al final o al inicio de su año fiscal.
Durante mi viajar por el país impartiendo estas clases me percaté de un fenómeno relativamente nuevo y que se ha ido acentuando en los últimos dos o tres años: Cada vez son más los intérpretes médicos que acuden a estos cursos anteriormente aprovechados exclusivamente por intérpretes judiciales. Al concluir una ponencia, o durante un descanso, yo acostumbro platicar con los estudiantes y es así que me he enterado que muchos de ellos toman estas clases primordialmente dirigidas a los intérpretes que trabajan en los tribunales no porque desean convertirse en intérpretes jurídicos, lo hacen para estudiar, practicar y aprender con la meta de presentar y aprobar uno de los exámenes de interpretación médica.
Independientemente de lo encomiable que resulta la dedicación de estos colegas, me he dado cuenta del deseo que tienen de profesionalizar su ramo de la interpretación. Enhorabuena porque el campo médico es bien difícil, yo lo sé bien debido a las conferencias médicas que he interpretado durante mi carrera. Sin embargo, al charlar con estos intérpretes médicos, también me doy cuenta que mientras ellos estudian y se esfuerzan por capacitarse, el ejercicio de su especialidad profesional está en gran parte monopolizado por agencias de interpretación que tienen contratos de exclusividad con los hospitales, cobran bien por el servicio prestado, y pagan sumas irrisorias y desproporcionadamente bajas a los intérpretes que contratan. Por lo que los colegas me cuentan, me he enterado que un intérprete médico no puede trabajar en los hospitales a menos que lo haga a través de una de estas agencias. Inmediatamente la pregunta llega a mi mente: ¿Tanto estudiar, tanto esforzarse para ganar una baba de perico mientras la agencia está ganando dinero a carretadas? Algo no parece correcto.
La experiencia que conozco y con la cual encuentro un punto de referencia es la de la interpretación judicial ya que las agencias que trabajan con intérpretes de conferencia, al menos las buenas y más conocidas, pagan bien y tratan al colega con respeto. Yo recuerdo casos en interpretación judicial cuando el intérprete no podía contratar directamente con el juzgado o con los abogados. Si quería trabajar solo tenía una opción: la agencia. Recuerdo que así era, y por cierto con resultados nefastos de explotación y mediocridad en parte del suroeste de los Estados Unidos donde hasta hace no mucho tiempo los intérpretes no trabajaban directamente para los tribunales ni negociaban directamente con los bufetes jurídicos. Platicando con mis colegas sé que este ”sistema” sigue imperando en algunos estados. El ejemplo más palpable de poca paga y mediocridad en muchos (agrego que no todos) quienes prestan sus servicios en el campo jurídico lo seguimos encontrando hasta la fecha en los juzgados administrativos de migración.
La pregunta entonces queda: ¿Qué deben hacer estos intérpretes médicos capaces, entusiasmados, motivados y profesionales para recuperar su campo profesional y de esa manera justificar (para ellos, no para doctores, pacientes o compañías de seguros) el requisito de la certificación médica? Me gustaría escuchar sus opiniones, especialmente las de aquellos que están en esta situación. Les pido que incluyan sus comentarios y que se enfoquen al tema de este artículo: la interpretación médica como rehén de las agencias. Ya dejaremos para otro día la disyuntiva de que existan dos certificaciones médicas y aún no haya uniformidad ni consenso respecto a este tema.